Escucha, cariño
No hay montaña tan alta
Ni valle tan bajo
Ni río tan grande, cariño
Si me necesitas, llámame
No importa dónde estés
Ni la distancia
No te preocupes,
Sólo tienes que gritar mi nombre
Y allí estaré en un instante
No tienes de qué preocuparte
Porque, cariño,
No hay montaña tan alta
Ni valle tan bajo
Ni río tan grande
Que me impidan llegar a ti
Acuérdate del día
que te dejé marchar
Te dije que siempre podrías contar conmigo
Desde ese día, me hice una promesa
Estaría allí cuando tú me necesitaras
como fuera
Porque, cariño,
No hay montaña tan alta
Ni valle tan bajo
Ni río tan grande
Que me impidan llegar a ti
Ni viento, ni lluvia
Ni el frío del invierno
Nada me puede parar (no no nena)
Porque tú eres mi meta
Si estás en apuros
Llegaré en un instante
Sólo tienes que pedírmelo
Mi amor está vivo
Muy dentro en mi corazón
Aunque estemos separados por muchos kilómetros
Si necesitas una mano amiga
Llegaré en un instante
Tan rápido como pueda
No sabes que,
No hay montaña tan alta
Ni valle tan bajo
Ni río tan grande
Que me impidan llegar a ti
No sabes que,
No hay montaña tan alta
Ni valle tan bajo
Ni río tan grande
Siglo 21
julio 23, 2014
julio 16, 2013
the more you ignore me the closer i get
Por más que me ignores
Más cerca estoy
Estas perdiendo tu tiempo
Por más que me ignores más cerca estoy
Estas perdiendo tu tiempo
Estaré
En el bar
Con mi cabeza en la barra
Ahora estoy
En la parte central
De tus pensamientos
Si te importa
O no
Si, he tomado una decisión
Por más que me ignores
Más cerca estoy
Estas perdiendo tu tiempo
Ten cuidado
Soporto más rencores
Que los solitarios jueces de la corte suprema
Cuando duermas
Me arrastraré hasta tus pensamientos
Como una gran deuda que no puedes pagar
Toma el camino fácil
Y ríndete
Si, y déjame entrar
Oh, déjame entrar
Es una guerra
Es una guerra
Es una guerra
julio 15, 2012
George Michael - Careless Whisper
Me siento tan inseguro
Mientras tomo tu mano y te llevo a la pista de baile
Mientras la música perece…
Algo en tus ojos
Llama a la mente una pantalla plateada
Y todo son tristes adiós
Nunca voy a bailar nuevamente
Los pies culpables no llevan el ritmo
Aunque es fácil simular
Se que no eres tonta
Debería haberlo sabido mejor antes de engañar a un amigo
Y desperdiciar una oportunidad que me había sido dada
Pues yo nunca voy a volver a bailar
De la manera que bailé contigo
El tiempo nunca puede remediar
El murmullo descuidado de un buen amigo
Para el corazón y la mente
Si tu respuesta es bondadosa
No hay confort en la verdad
Dolor es todo lo que encontrarás
Nunca voy a bailar nuevamente
Los pies culpables no llevan el ritmo
Aunque es fácil simular
Se que no eres tonta
Debería haberlo sabido mejor antes de engañar a un amigo
Y desperdiciar una oportunidad que me había sido dada
Pues yo nunca voy a volver a bailar
De la manera que bailé contigo
¿Qué soy yo sin tu amor?
Esta noche la música parece tan ruidosa
Desearía que pudiéramos salir de este gentío
Tal ves sea mejor esta manera
Heriríamos a otros con las cosas que queremos decir
Podríamos haber estado tan bien juntos
Podríamos haber vivido este baile por siempre
Pero ahora, ¿quién va a bailar conmigo?
Por favor quédate
(Y ahora nunca va a ser
De esta manera)
Nunca voy a bailar nuevamente
Los pies culpables no llevan el ritmo
Aunque es fácil simular
Se que no eres tonta
Debería haberlo sabido mejor antes de engañar a un amigo
Y desperdiciar una oportunidad que me había sido dada
Pues yo nunca voy a volver a bailar
De la manera que bailé contigo
Ahora que te has ido...
Ahora que te has ido...
Ahora que te has ido...
¿Qué es lo que hice tan mal?
¿Tan mal que tu has tendido que dejarme solo?
septiembre 27, 2011
YMCA (Village People)
Ahí el hombre joven no necesita sentirse menos
Digo que el hombre joven escoge su propio camino
Digo que el hombre joven 'causa su en una nueva ciudad
No hay ninguna necesidad de ser infeliz
Hombre joven hay un lugar a donde puedes ir
Le dije al hombre joven cuando estés corto de comida
Puedes quedarte allí y estoy seguro que encontrarás
Muchas maneras de pasar un buen rato
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Ellos tienen todo para que los hombres jóvenes disfruten
Puedes andar con todos los muchachos
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Puedes limpiarte tu mismo
Puedes tener una buena comida
Puedes hacer todo lo que sientas
Hombre joven, estas escuchándome
Te digo, hombre joven, que haces lo que quieras hacer
Te digo, hombre joven,
puedes hacer realidad tus sueños,
Pero tienes que conocer esto, es único
Ningún hombre, lo hace todo solo
Te digo, hombre joven,
pon tu orgullo sobre el anaquel
Y solamente ve allí, al Y.M.C.A.
Estoy seguro que ellos pueden ayudarte hoy
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Ellos tienen todo para que los hombres jóvenes disfruten
Puedes andar con todos los muchachos
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Puedes limpiarte tu mismo
Puedes tener una buena comida
Puedes hacer todo lo que sientas
Hombre Joven, yo estuve una vez en tus zapatos,
Te digo, estaba desorientado con el blues
Sentía, que a ningún hombre le importaba
si yo estuviera vivo
Sentía que el mundo entero era pura palabrería
Así era, cuando alguien vino a mí
Y dijo: hombre joven toma un paseo calle arriba
Hay ahí un lugar llamado el Y.M.C.A.
Ellos pueden devolverte de nuevo al camino
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Ellos tienen todo para que los hombres jóvenes disfruten
Puedes andar con todos los muchachos
Y.M.C.A.
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
Es divertido quedarse en el Y.M.C.A.
El hombre joven, el hombre joven, allí no necesita sentirse menos
El hombre joven, el hombre Joven, escoge su propio camino
Y.M.C.A.
Solo ve al Y.M.C.A.
Hombre joven, hombre joven, yo estuve una vez en tus zapatos
Hombre joven, hombre joven, estaba desorientado con el blues
Y.M.C.A.
Y.M.C.A.
Y.M.C.A.
Y.M.C.A.
octubre 18, 2009
InTra UTerino
Karen me contó, que en el año 1999, cuando ya tenía a su primera hija de dos años, se había puesto la T de cobre como método anticonceptivo y que luego se había hecho el control anual en el consultorio y que justo después de eso se embarazó. Lo mismo le pasó con el siguiente hijo en el año 2003, es decir a esas alturas ya tenía tres.
Me contó que alguien le dijo a ella que eso lo hacían en los consultorios en la década de los 90 cuando los nacimientos en Chile estaban en decadencia y que se dejaban mal puestos los tratamientos anticonceptivos a las mujeres que estaban formalmente establecidas o con la responsabilidad de un hijo previo al menos y también a las que estuvieran casadas.
Karen cree firmemente que sus dos últimos hijos los pudo haber evitado, ya que su primer hijo lo tuvo a los 17 años, por accidente.
Ahora ya no tiene al hombre que la embarazó, ni tampoco su ayuda económica porque se fue para siempre, olvidándose que había formado una familia, o lo que es peor, creyendo que al formar una nueva vida, el pasado desaparecería.
Karen dejó todo tratamiento externo y se cuida con la abstinencia sexual, se distrae visitando a sus amigas de vez en cuando, trabajando duro para mantener a su familia, saliendo a pedalear todos los domingos en la mañana por una hora, para liberar las tensiones de la semana y poder llenarse de energía porque las penas se pasan con el tiempo y cuando encuentre al hombre que la haga feliz, porque no pierde las esperanzas, poder volver a usar un tratamiento anticonceptivo eficaz para que esta vez si de resultado, porque la tasa de natalidad en Chile sigue baja y a ella le parece que ya aportó suficiente.
Me contó que alguien le dijo a ella que eso lo hacían en los consultorios en la década de los 90 cuando los nacimientos en Chile estaban en decadencia y que se dejaban mal puestos los tratamientos anticonceptivos a las mujeres que estaban formalmente establecidas o con la responsabilidad de un hijo previo al menos y también a las que estuvieran casadas.
Karen cree firmemente que sus dos últimos hijos los pudo haber evitado, ya que su primer hijo lo tuvo a los 17 años, por accidente.
Ahora ya no tiene al hombre que la embarazó, ni tampoco su ayuda económica porque se fue para siempre, olvidándose que había formado una familia, o lo que es peor, creyendo que al formar una nueva vida, el pasado desaparecería.
Karen dejó todo tratamiento externo y se cuida con la abstinencia sexual, se distrae visitando a sus amigas de vez en cuando, trabajando duro para mantener a su familia, saliendo a pedalear todos los domingos en la mañana por una hora, para liberar las tensiones de la semana y poder llenarse de energía porque las penas se pasan con el tiempo y cuando encuentre al hombre que la haga feliz, porque no pierde las esperanzas, poder volver a usar un tratamiento anticonceptivo eficaz para que esta vez si de resultado, porque la tasa de natalidad en Chile sigue baja y a ella le parece que ya aportó suficiente.
julio 22, 2009
Cangriman dice: Soy Fino y Elegante
Sentado en uno de los asientos traseros de la micro del Transantiago, con una bolsa blanca que envolvía una caja de vino tinto, con abrigo largo, el pelo revuelto y evidenciando una borrachera reciente, se percató que una mujer se sentó a su lado.
Una mujer se sienta a su lado y él, Sergio, se asusta, le habla, le dice que está borracho, le pide permiso a ella y a su pareja para seguir tomando. Ella apenas lo mira y le pide que eviten conversación, pero Sergio insiste, en su permiso y ella entonces le contesta “haz lo que quieras, es tu vida” porque ella lo que realmente pensaba era que no iba a tomar partido en las decisiones de un borracho, que anda lanzado a la vida, total, su vida es su vida y no la vida de ella.
En ese momento, él borracho saludó a un hombre de chaqueta roja que conocía y comenzó a decirle que estaba lanzado a la vida, y hace dos días que no paraba. Le contó que le había pedido permiso para beber a la señorita que estaba a su lado, pero que se sentía avergonzado de estar tomando al lado de una mujer, porque él era elegante, pero a las pocas cuadras estaba abriendo la bolsa y empinándose la caja de vino.
Habló que venía de la casa de su madre y que ella estaba triste por verlo así, contó que su papá le había prohibido sacar su propio auto, porque cuando él se ponía a tomar, era capaz de vender la cama o la televisión para seguir, pero que había pedido un crédito por tres millones y que le había regalado un millón a su papá y uno a su mamá, quinientos mil pesos a su hermana y él solo se había quedado con medio millón, pero que estaba recibiendo cartas de cobranza, que no sabía que pasaría con eso, pero que lo importante era ir con elegancia por la vida, por que él era elegante.
Le regaló un salero de plástico de tapa y letras azules lleno y sellado al hombre de chaqueta roja que lo escuchaba mientras le decía que él se iba a recuperar, que él iba a ser Don Sergio, pero que por el momento andaba de Chechito, tomando, lanzado a la vida.
Una mujer se sienta a su lado y él, Sergio, se asusta, le habla, le dice que está borracho, le pide permiso a ella y a su pareja para seguir tomando. Ella apenas lo mira y le pide que eviten conversación, pero Sergio insiste, en su permiso y ella entonces le contesta “haz lo que quieras, es tu vida” porque ella lo que realmente pensaba era que no iba a tomar partido en las decisiones de un borracho, que anda lanzado a la vida, total, su vida es su vida y no la vida de ella.
En ese momento, él borracho saludó a un hombre de chaqueta roja que conocía y comenzó a decirle que estaba lanzado a la vida, y hace dos días que no paraba. Le contó que le había pedido permiso para beber a la señorita que estaba a su lado, pero que se sentía avergonzado de estar tomando al lado de una mujer, porque él era elegante, pero a las pocas cuadras estaba abriendo la bolsa y empinándose la caja de vino.
Habló que venía de la casa de su madre y que ella estaba triste por verlo así, contó que su papá le había prohibido sacar su propio auto, porque cuando él se ponía a tomar, era capaz de vender la cama o la televisión para seguir, pero que había pedido un crédito por tres millones y que le había regalado un millón a su papá y uno a su mamá, quinientos mil pesos a su hermana y él solo se había quedado con medio millón, pero que estaba recibiendo cartas de cobranza, que no sabía que pasaría con eso, pero que lo importante era ir con elegancia por la vida, por que él era elegante.
Le regaló un salero de plástico de tapa y letras azules lleno y sellado al hombre de chaqueta roja que lo escuchaba mientras le decía que él se iba a recuperar, que él iba a ser Don Sergio, pero que por el momento andaba de Chechito, tomando, lanzado a la vida.
Le preguntó la fecha y cuando el hombre de chaqueta roja contestó trece de julio, Sergio escuchó trece de junio, y dijo que el veinte de julio lo iba a ver bien, recuperado, surgiendo, arriba y que cuando estuviera arriba, le iba a recordar este tropiezo de su vida en una micro.
La mujer sentada a su lado, con abrigo largo Channel, y los ojos cerrados, lo escuchaba y pensaba en que solo faltaban siete días para cumplir la meta, pero que para Sergio faltaba más de un mes y que la diferencia de días perdidos en el vicio era parecido al abismo.
Le regaló una barra de chocolate al hombre de chaqueta roja que lo escuchaba y le volvía a decir, que cuando se recuperara, iba a ser Don Sergio, que estaba acostumbrado a andar en auto, que no tenía ni tarjeta bip, que el chofer lo conocía y que por eso lo llevaba, pero que ese recorrido no lo dejaba cerca de su casa, pero andaba con un turro de billetes, que le alcanzaban para comprarse dos botellas más, porque no sabía quien lo iba a recibir, que era probable que tuviera que dormir en la calle y recurrir a otros vagos conocidos que consumían pasta base, pero que él no era así, que se iba a recuperar porque era elegante y su camino llegaba hasta esa esquina.
La mujer sentada a su lado, con abrigo largo Channel, y los ojos cerrados, lo escuchaba y pensaba en que solo faltaban siete días para cumplir la meta, pero que para Sergio faltaba más de un mes y que la diferencia de días perdidos en el vicio era parecido al abismo.
Le regaló una barra de chocolate al hombre de chaqueta roja que lo escuchaba y le volvía a decir, que cuando se recuperara, iba a ser Don Sergio, que estaba acostumbrado a andar en auto, que no tenía ni tarjeta bip, que el chofer lo conocía y que por eso lo llevaba, pero que ese recorrido no lo dejaba cerca de su casa, pero andaba con un turro de billetes, que le alcanzaban para comprarse dos botellas más, porque no sabía quien lo iba a recibir, que era probable que tuviera que dormir en la calle y recurrir a otros vagos conocidos que consumían pasta base, pero que él no era así, que se iba a recuperar porque era elegante y su camino llegaba hasta esa esquina.
Con el mínimo de groserías pronunciadas, el acompañante de la mujer se despidió de él con un “que tengas buen viaje, elegante”.
Se bajó de esa micro con su bolsa blanca en la mano, la mirada perdida y lo que creía era su vida.
junio 26, 2009
Desempleada no es sinónimo de desamparada (¿o todo lo contrario?).
Por circunstancias de la vida conocí a un sujeto que estaba en la cima de su carrera, como jefe de recursos humanos de una empresa y yo estaba sin trabajo.
Creí que porque había estado en su casa un par de veces o porque me pareció con eso tener cercanía, es que me atreví a pedirle trabajo en su empresa. Le envié mis datos al correo que estaba escrito en su tarjeta de presentación y dos días después, recibí un llamado donde me citaban a una entrevista a la que llegué media hora atrasada por tener que cruzar todo Santiago sin haber previsto las distancias.
Desde el momento en que me presenté, el tono del encuestador fue violento, me pidió que llenara unos formularios y al momento de devolverlos, comenzó a leerlo para entablar una especie de monólogo de desprestigio a mis respuestas, esperando que yo intentara responderle, para volverse cada vez más duro.
En ese momento saqué a colación el único comodín con el que contaba y era el conocer al sujeto que me hizo el contacto, a ver si eso, detenía al encuestador, pero no solamente evadió lo que le estaba diciendo, sino que mantuvo su ataque y me pidió llenar otro cuestionario afuera de esa oficina.
Sentada en una de las tantas sillas, ocupadas por varios hombres que daban entrevista, me puse a pensar que necesitaba trabajo y que a pesar del mal trato, debería resistir y llenar las hojas, sin dejar que me afectara lo que acababa de suceder. Fue en ese momento en que entró a la sala el resplandeciente jefe de recursos humanos.
Busqué su cara, casi como buscando la cara de un amigo, cuando se está en problemas, esperando consuelo, pero fue en ese instante, cuando se cruzaron nuestras miradas, que me comunicó su desprecio infinito, porque no solamente no quiso saludarme, sino que también se avergonzaba de mi presencia, pero que disfrutaba de la situación. Comencé a asociar los malos tratos del encuestador con una solicitud explícita y que no estaba alucinando.
Para esa época en que yo anulaba y evadía por costumbre algunas situaciones desagradables, tuve que enfrentar otra situación. No solamente no conseguí ese trabajo, sino que además de haber tenido uno de los días más humillantes de mi vida, la situación quedó impune, porque nadie habló una palabra más desde ese día. No volvía a verlo nunca más, ni frecuenté su casa ni sus amistades. Sola y sin apoyo de quién yo suponía debía apoyarme, me rearmé como pude y encontré finalmente un trabajo y otras oportunidades.
Casi cinco años después, para mi sorpresa, su cara, su nombre y su cargo me golpearon un fin de semana, abriendo la página central del diario La Tercera, con la información de ser una de las mejores empresas en su rubro a nivel nacional.
Creí que porque había estado en su casa un par de veces o porque me pareció con eso tener cercanía, es que me atreví a pedirle trabajo en su empresa. Le envié mis datos al correo que estaba escrito en su tarjeta de presentación y dos días después, recibí un llamado donde me citaban a una entrevista a la que llegué media hora atrasada por tener que cruzar todo Santiago sin haber previsto las distancias.
Desde el momento en que me presenté, el tono del encuestador fue violento, me pidió que llenara unos formularios y al momento de devolverlos, comenzó a leerlo para entablar una especie de monólogo de desprestigio a mis respuestas, esperando que yo intentara responderle, para volverse cada vez más duro.
En ese momento saqué a colación el único comodín con el que contaba y era el conocer al sujeto que me hizo el contacto, a ver si eso, detenía al encuestador, pero no solamente evadió lo que le estaba diciendo, sino que mantuvo su ataque y me pidió llenar otro cuestionario afuera de esa oficina.
Sentada en una de las tantas sillas, ocupadas por varios hombres que daban entrevista, me puse a pensar que necesitaba trabajo y que a pesar del mal trato, debería resistir y llenar las hojas, sin dejar que me afectara lo que acababa de suceder. Fue en ese momento en que entró a la sala el resplandeciente jefe de recursos humanos.
Busqué su cara, casi como buscando la cara de un amigo, cuando se está en problemas, esperando consuelo, pero fue en ese instante, cuando se cruzaron nuestras miradas, que me comunicó su desprecio infinito, porque no solamente no quiso saludarme, sino que también se avergonzaba de mi presencia, pero que disfrutaba de la situación. Comencé a asociar los malos tratos del encuestador con una solicitud explícita y que no estaba alucinando.
Para esa época en que yo anulaba y evadía por costumbre algunas situaciones desagradables, tuve que enfrentar otra situación. No solamente no conseguí ese trabajo, sino que además de haber tenido uno de los días más humillantes de mi vida, la situación quedó impune, porque nadie habló una palabra más desde ese día. No volvía a verlo nunca más, ni frecuenté su casa ni sus amistades. Sola y sin apoyo de quién yo suponía debía apoyarme, me rearmé como pude y encontré finalmente un trabajo y otras oportunidades.
Casi cinco años después, para mi sorpresa, su cara, su nombre y su cargo me golpearon un fin de semana, abriendo la página central del diario La Tercera, con la información de ser una de las mejores empresas en su rubro a nivel nacional.
mayo 03, 2008
Las Manos en la Masa
Después de los masajes a los pies de Martín, me acordé que esto requería de aprendizaje para alcanzar la técnica. Entonces buscando y buscando en las páginas de la web, tratando de ponerme al día en materia de la reflexologia, que en puntos específicos de los pies y las manos, estimula el sistema nervioso desde la superficie de la piel, lo que produce relajo muscular en todo el cuerpo, produciendo bienestar general.
Luego de dos días de lectura poco rigurosa en el tema, ya me sentía toda una experta en esto de amasar pies y manos, pero me faltaba aplicarlo en otro ser humano con una visión distinta e imparcial, pero eso no lo supe hasta que se presentó la oportunidad el martes pasado a las once de la mañana, cuando entró Claudia a la oficina, con la piel pálida y brillante como el papel couché y con sus ojos celestes, enrojecidos del dolor que le causaba la jaqueca.
Mientras me contaba esto, yo me acordé de mi nueva gracia y me fui a buscar la crema que estaba en el mueble de la oficina. Le pedí que se sacara los anillos y suavemente comencé a esparcir la crema por cada uno de sus dedos luego las palmas y finalmente las muñecas.
Luego de unos minutos de conversación, sus manos frías se entibiaron y su cara ya estaba mejor y yo, entre sorprendida y contenta, observaba que ya sea por placebo, esperanza o como quiera que sea, mi amiga se había recuperado de su malestar.
Luego de dos días de lectura poco rigurosa en el tema, ya me sentía toda una experta en esto de amasar pies y manos, pero me faltaba aplicarlo en otro ser humano con una visión distinta e imparcial, pero eso no lo supe hasta que se presentó la oportunidad el martes pasado a las once de la mañana, cuando entró Claudia a la oficina, con la piel pálida y brillante como el papel couché y con sus ojos celestes, enrojecidos del dolor que le causaba la jaqueca.
Mientras me contaba esto, yo me acordé de mi nueva gracia y me fui a buscar la crema que estaba en el mueble de la oficina. Le pedí que se sacara los anillos y suavemente comencé a esparcir la crema por cada uno de sus dedos luego las palmas y finalmente las muñecas.
Luego de unos minutos de conversación, sus manos frías se entibiaron y su cara ya estaba mejor y yo, entre sorprendida y contenta, observaba que ya sea por placebo, esperanza o como quiera que sea, mi amiga se había recuperado de su malestar.
marzo 03, 2008
Dolores que aliviar
“Tengo un dolor de pies, que me despierta y me mantiene desvelado, casi todos los días” me dijo Martín, mientras arrugaba el ceño.
Debe ser pura tensión le dije. Entonces, (igual que en el comercial de Tapsin Up) le pregunté si tenía mucha presión por el trabajo y me dijo que no, porque todavía no empezaba con eso, le pregunté si tenía ansiedad con el año académico que comenzaba, pero me dijo que tampoco.
Le pregunté si estaba complicado porque no tenía plata parra terminar el mes y me dijo que eso a pesar de lo ridículo que sonara, no le importaba tanto como para angustiarse, así que le recomendé que una buena ducha caliente aliviaba todos esos problemas.
Entonces luego que salió de la ducha le pregunté si quería un masaje mientras veíamos una película y con cara de contento, me estiró las piernas.
Mientras le estrujaba los dedos de sus pies con mis manos se estremeció como si estuviera sufriendo espasmos y yo más le estrujaba los pies.
Luego me preguntó que puedo hacer para que se me quite este dolor, ya parece crónico, entonces le dije “¡debelías visital un doctol chino pala que te haga acupuntula!” y después de eso nos carcajeamos un rato.
Debe ser pura tensión le dije. Entonces, (igual que en el comercial de Tapsin Up) le pregunté si tenía mucha presión por el trabajo y me dijo que no, porque todavía no empezaba con eso, le pregunté si tenía ansiedad con el año académico que comenzaba, pero me dijo que tampoco.
Le pregunté si estaba complicado porque no tenía plata parra terminar el mes y me dijo que eso a pesar de lo ridículo que sonara, no le importaba tanto como para angustiarse, así que le recomendé que una buena ducha caliente aliviaba todos esos problemas.
Entonces luego que salió de la ducha le pregunté si quería un masaje mientras veíamos una película y con cara de contento, me estiró las piernas.
Mientras le estrujaba los dedos de sus pies con mis manos se estremeció como si estuviera sufriendo espasmos y yo más le estrujaba los pies.
Luego me preguntó que puedo hacer para que se me quite este dolor, ya parece crónico, entonces le dije “¡debelías visital un doctol chino pala que te haga acupuntula!” y después de eso nos carcajeamos un rato.
febrero 03, 2008
Nada de Teatro
De teatro no se nada y me acuerdo que la primera obra que vi en mi vida, cuando tenía cerca de catorce años, fue “el cepillo de dientes” que recordé solamente porque estaba en un tríptico que publicaba las obras en cartelera de comienzos de enero en el teatro Mori de Bellavista.
Ahora se que la cartelera del Santiago a mil tiene varias obras nominadas a los premios altazor y que por lo general son las mismas que durante la temporada, tuvieron más asistencia de público o actores de una larga trayectoria.
También se que en febrero el teatro sucumbe y que a partir de marzo o quizás abril, se repetirán en las salas de teatro las obras premiadas en Altazor y durante el año se estrenarán nuevas obras para competir en la selección del próximo Santiago a mil.
Durante este mes de enero 2008 hubo una excelente acogida del público, las salas por lo general vendieron todas sus entradas y algunas obras incluso tuvieron sobre venta de entradas para ocupar los puestos de las escaleras! Cosa que resulto un poco asfixiante, si se trata de un verano tan caluroso como el actual.
A pesar de todo, siempre tenemos la oportunidad de escuchar las críticas del programa en general y me refiero concretamente al alto valor de sus entradas, cosa que no comparto.
Resulta que tres mil o cinco mil pesos en una entrada al teatro, puede superar cualquier presupuesto de estudiante y sobre todo cuando se tiene intensiones de ir a más de una función, pero claro, todo depende de cada bolsillo, como siempre lo ha sido.
Me encantaría tener entrada liberada a todos los espectáculos, pero se que las salas de teatro y el trabajo de los actores no se financia si los espectáculos son gratis.
Después de todo, algo aprendí este verano y ahora tendré otra perspectiva al momento de elegir las obras. Me di cuenta entre otras cosas, que las de más bajo costo no siempre son las de mala calidad sino que las que menos rostros conocidos tienen.
Creo también que me faltó mucho por ver y que seguramente volveré dentro del otoño a visitar las salas, cuando en vez de asfixiarme, tenga que llevar chaqueta y botas.
Ahora se que la cartelera del Santiago a mil tiene varias obras nominadas a los premios altazor y que por lo general son las mismas que durante la temporada, tuvieron más asistencia de público o actores de una larga trayectoria.
También se que en febrero el teatro sucumbe y que a partir de marzo o quizás abril, se repetirán en las salas de teatro las obras premiadas en Altazor y durante el año se estrenarán nuevas obras para competir en la selección del próximo Santiago a mil.
Durante este mes de enero 2008 hubo una excelente acogida del público, las salas por lo general vendieron todas sus entradas y algunas obras incluso tuvieron sobre venta de entradas para ocupar los puestos de las escaleras! Cosa que resulto un poco asfixiante, si se trata de un verano tan caluroso como el actual.
A pesar de todo, siempre tenemos la oportunidad de escuchar las críticas del programa en general y me refiero concretamente al alto valor de sus entradas, cosa que no comparto.
Resulta que tres mil o cinco mil pesos en una entrada al teatro, puede superar cualquier presupuesto de estudiante y sobre todo cuando se tiene intensiones de ir a más de una función, pero claro, todo depende de cada bolsillo, como siempre lo ha sido.
Me encantaría tener entrada liberada a todos los espectáculos, pero se que las salas de teatro y el trabajo de los actores no se financia si los espectáculos son gratis.
Después de todo, algo aprendí este verano y ahora tendré otra perspectiva al momento de elegir las obras. Me di cuenta entre otras cosas, que las de más bajo costo no siempre son las de mala calidad sino que las que menos rostros conocidos tienen.
Creo también que me faltó mucho por ver y que seguramente volveré dentro del otoño a visitar las salas, cuando en vez de asfixiarme, tenga que llevar chaqueta y botas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)